Y como ahora estoy al borde del abismo temporal y enredada en mi propio pelo, me angosto por dentro y como que lluevo un poco. Intenso en mi abrigo y mi tormenta, cuidado que las hojas pesan y se individualizan los contenidos de puro absortos e impolutos.
Y es que me desperdigas, soy des-dirigida, des-corregida y mi lengua yace aún en el suelo, jugosa, envuelta en baba desde que bailé en tu círculo y no tengo espacio muerto sin tus pies y mis múltiples bocas que te lamen.
Maúllo. Aunque me tiembles y yo te llore, no nos abrochemos por siniestros, las canciones del mar y todo eso y el agua turbia que nos acontece, seguimos nadando como si las calles y los dias y cada noche más de tí. Nada más, sólo un soplo.
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