viernes, 30 de enero de 2009

Al borde del suicidio


A menos que me parta en dos e intente suspirar con hálito bajo cero, la muerte en mi consciencia, confusa, religiosa a veces, se transforma en macro-segundos, que se disgregan y se pierden entre un paso inmenso y el suicidio desde el 8vo piso... y que la vida sea como es, no me sugiere más que sangre por los ojos y la boca y vísceras y el cuerpo sin alma. Lo que yo soy, lo que somos tú y yo, el tránsito del Tiempo y el alma que grita y la insoledad y cada uno de nuestro fluídos. Me junto contigo a veces y nos reímos y me gusta tocar tu mano y vencer la linealidad y ver el círculo del que hablas con apenas la sospecha del campo electromagnético que es lo único que se toca.
No importa cuándo seremos nuevamente "tres agujas tengo en la cabeza" yo nunca había estado tan dispuesta a todo por alguien antes, y es de verdad.

El capitalismo es como dios baby, y nosotros somos en eso.