viernes, 9 de abril de 2010

Amo poseerte


Y ahí es cuando todo se vuelve un film postmoderno, lleno de matices y excesos, barroco, abierto, pornográfico.
No se puede pensar, hay algo que explota como burbuja espesa y te recorre, te encuentra sin derretirte, te golpea, es violento, exquisito, tan húmedo y vaporoso, tan aromático y confuso. Pareciera ser un espiral o un gran agujero negro justo en el subconsciente que surge, te grita, es el abismo en llamas de ti misma enredada con otro, en un espejismo absurdo del ego y el ello encinta, sublime, agotado, jadeante. La antítesis concreta de lo divino y al mismo tiempo la iluminación.