jueves, 3 de mayo de 2007

Peeeeeeeeeelooooooooossssssss!!!!

Ya hay un dejo de noches calvas. Sufren de calvicie por la mirada lejana de sol. Creen encontrar a veces rastros de su pelo en la obscuridad de las figuras, pero ellas gimen la devastación.
A veces las noches dejan de creer y es cuando empiezo a sentir el martillo sangrante: yo no soy de noche, yo no sé qué es la noche. Pero se enmaderan, comen y se enmaderan para prenetrar la inluz densa, para dejar deshojar el pelo elevado y renovar sus calvicies.
Este dejo se siente naranjo en mi respiración de fuego, yo lo huelo por perniciosa, por encantarme de pornografías y desencantar por real.

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